Hola. Sí,
me colgué. Y tampoco encontraba el tiempo para escribir. Es una excusa
sumamente estúpida, porque uno siempre debería encontrar tiempo para hacerlo.
Estuve de vacaciones y conocí gente bastante increíble cuyas historias voy a
referir otro día. Pero hoy no. Hoy quiero contarles otra cosa.
Hace un
par de días hablé con una amiga un par de cosas importantes. Hablo cosas
importantes con muchos amigos, pero esta charla en particular me llamó la
atención.
Un
segundo. Hay un par de cosas (quizás irrelevantes, pero a mi gusto importantes)
que tengo que explicar antes de seguir.
Durante
mucho tiempo fui una persona con insomnio. No del divertido que te acostás a
las cuatro de la matina y te levantás a las tres de la tarde del otro día
despreocupado. Insomnio del estúpido. Del abrumador. Del “Oh, yo, persona
reflexiva, pienso.”. Insomnio en el cual
uno repasa decisiones o momentos que tuvieron lugar en el último tiempo, y en las consecuencias
que todo eso acarrea de una manera u otra. A veces se transforma en insomnio
productivo. Lo dedicás a la música, a
escribir o a estudiar. O a adelantar cosas que seguías posponiendo. Pero el
insomnio reflexivo y de larva tirada es lo peor que te puede pasar. Uno empieza
a pensar y…
Y acá
te encontrás con el primer punto en cuestión. ¿Cómo sabés si lo que decídis
está bien o está mal? ¿Había algo que decidir en el momento o fue una sucesión
de pensamientos estúpidos e impetuosos que encadenados llevaron a un acto del
cuál uno después se arrepiente? Qué se yo. ¿Y las consecuencias de las
decisiones? Porque claramente SIEMPRE hay consecuencias para las cosas que
decidimos. El poco dormir te lleva a replantearte todas estas giladas. Hasta
que alguien te da un sopapo y te das cuenta que hay cosas por las que vale
preocuparse y otras por las que no.
Las
consecuencias. A veces capaz te conviene pensarlo como la metáfora de la
mariposa que bate las alas y genera un tornado. Todo lo que hacemos, por más mínimo
que sea, puede generar algo mucho más grande. ¿La mariposa sabe con certeza que
va a generar un tornado? No, para nada. La mariposa decide batir las alas.
Porque es lo que hace y lo que tiene que hacer. A veces genera un tornado y otras no. La ley
del fucking caos. (Es maravilloso si hacen esta asociación: Caos – Guasón -- Heath Ledger – una
de las mejores películas de todos los tiempos. Es inevitable)
¿Qué
tiene que ver el caos con todo lo mencionado anteriormente? Nada y todo. Las
relaciones humanas son caóticas. Lo que uno dice o decide puede tener
consecuencias que uno no se imagina.
Y esto
a su vez se entrelaza con otra cuestión que vengo arrastrando hace bastante
tiempo. Es jodido encontrarse en el epicentro de, supongamos, una guerra entre dos bandos. Es peor ser
neutral o “tibio” que ser absolutamente comprometido con algo. Cautela,
orgullo, susceptibilidades. Tenés que tener en cuenta un millón de factores
antes de dar un paso adelante. Señores, el neutro la pasa como el ojete, porque el neutro es un imbécil.
El neutro quiere estar bien con Dios y
con el Diablo. El Neutro prácticamente no toma decisiones. Quizás sea
complaciente para no herir a nadie o para ver cómo se siente la otra persona. Espera
para decir las cosas, las piensa, las reescribe.
Al
carajo los neutros, entonces.
Eso fue
lo que me dio a entender mi amiga en una charla (en casa y acompañada por
porrones, como tienen que ser todas las charlas más o menos relevantes).
Hablamos de muchas cosas y el líquido corrió bastante, pero cuando le hablé de
la posición neutral, me entendió enseguida. No porque haya estado en ese lugar,
porque no es una persona para nada tibia o neutra. Es visceral a más no poder,
como lo son las personas honestas.
No recuerdo
TEXTUALMENTE qué fue lo que dijo, pero en resumidas cuentas, que el tiempo de
los neutros ya fue. Las decisiones que tomamos tienen consecuencias pero que
por lo menos lo hacemos y nadie las toma por nosotros. Los neutros fueron. Hay que tomar las cosas
como vienen y tratar de hacerlo lo mejor posible. A fin de cuentas uno es como
es, y no debería guardarse nada que no sea relevante. A veces hay que dejar la
neutralidad de lado y jugarse un poco. Uno elige y tiene derecho a mandarse cagadas.
Hay que dejar de esperar y obrar. Decidir. Actuar. Batir las alas y generar un
vientito. O un tornado. Mi amiga me hizo dar cuenta que sobreponer los
intereses ajenos sobre los personales no siempre es bueno. Dejar la neutralidad complaciente de lado y ser visceral. Como ella. Hay que
mirar siempre para el costado. Pero hay que dejar de salvar al que no quiere
ser salvado. Al que no acepta que uno se comprometa con la realidad y sea honesto. A veces hay que dejarse salvar, un poquito. Cortar con el dramatismo y ver la realidad como es. Lo malo y lo bueno.
Gracias
por el sopapo.
Lo dijiste vos, o lo dijo tu amiga: Quizás el único modo de no arrepentirse de nuestras decisiones es dar lo mejor de nosotros, siendo impecables e inflexibles con nuestra voluntad una vez que la decisión está tomada. Si al final, la suerte o las circunstancias nos hacen fallar, o las consecuencias no son las que esperabamos, nada podríamos reprocharnos, porque lo hicimos lo mejor que pudimos. El "qué hubiera ocurrido si..." es solo una ilusión con la que podemos entretenernos posteriormente, porque realmente la única decisión posible fue la que tomamos. Las mariposas quizás se desvelen pensando en qué hubiera pasado si ese día que les regalaron se hubieran quedado quietas, pero lo cierto es que las únicas mariposas que no crean tornados, son las que no existen.
ResponderEliminarPD: Che, la combinación de colores de las letras claras con el fondo oscuro te deja la vista como viendo por una rejilla!